“No nos dio tiempo de sacarlo y se nos echó a perder”, dice Ricardo Cruz mientras señala su refrigerador que quedó inservible luego de la inundación del pasado domingo en la Unidad Habitacional San Rafael, en Coacalco.

Como él, al menos 15 familias que viven en la planta baja de los edificios perdieron sillones, comedores, roperos, libreros y aparatos electrónicos, sin que hasta el momento alguna autoridad se acerque para ofrecer algún tipo de apoyo.

“Después de la tormenta nos dio muy poco tiempo para alistarnos y poder salvar las cosas”, relata Ricardo, junto a muebles afuera de su departamento en la Manzana K, el cual quedó lleno de lodo por el desbordamiento de canales en Eje 8 y Los Héroes.

En entrevista, explica que el domingo por la noche, mientras todos se preparaban para la noche mexicana, la tormenta les sorprendió y él y su familia solo salvaron algunas cosas, pero la mayoría de enseres terminó flotando.

“El nivel del agua fue de aproximadamente un metro aquí afuera, y adentro del departamento llegó un poco arriba de las rodillas”, detalla al lamentar que “casi siempre cuando llueve soy el más afectado” por vivir en la planta baja.

Denuncia que han pedido apoyo al gobierno de Coacalco, pero “ellos dicen que nosotros todavía estamos mejor que en otros lugares, en donde les afectó más”, por lo que han sido los propios vecinos quienes se organizan para limpiar.

“Las tormentas han estado desde el viernes no nos han dejado ni dormir, ya nomás llueve y da incertidumbre”, confiesa Ricardo, al admitir que “quisiera que nos apoyaran porque no es la primera vez que perdemos” muebles y artículos del hogar.

“Siempre han venido a ofrecer el apoyo, pero nunca llega. Cada quien se rasca con lo que puede. Si pierdes cosas, tienes apoyo de algunas personas, pero si no, uno solo los tiene que comprar”, concluye.

Con información de Carolina Sánchez