“Jueces sin rostro” es una falsa solución, afirma directora de la FJEDD

En entrevista para Mexiquense Digital, Laurence Pantin indicó que la figura de los jueces sin rostro pone en riesgo el debido proceso en casos delicados como los del crimen organizado.

Gerardo Farell
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Jueces sin rostro
IMAGEN: Mariana Hernández

La figura de los “jueces sin rostro” fue incluida en la reforma al Poder Judicial como como un mecanismo para proteger a las personas juzgadoras, no obstante, sigue causando polémica y es cuestionada como una solución efectiva a la violencia que sufren los jueces, toda vez que puede dar pie a abusos.

Para Laurence Pantin, directora de la Fundación Para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho (FJEDD), esta propuesta es una falsa solución a la violencia que sufren las personas juzgadoras en México.

Señala que, aunque ha sido usada en otros países, no ha sido efectiva para proteger a juzgadores en caso de amenazas del crimen organizado o de grupos terroristas y ha habido abusos cuando ha sido implementada. 

Laurence reconoce como una problemática la seguridad de los jueces, ya que existen mecanismos para proteger a jueces del ámbito penal que revisan y resuelven casos de crimen organizado y narcotráfico, sin embargo, éstos no han sido muy efectivos. 

No hay una normatividad que prevea medidas de seguridad para jueces en general, porque también podría haber un caso de un juez de materia familiar que viera el caso donde esté involucrado un integrante del crimen organizado, pero en realidad sea un divorcio”, señaló Laurence Pantin, en entrevista para Mexiquense Digital. 

Para Laurence la seguridad de juezas y jueces, así como de fiscales o de cualquiera que conforme el mecanismo de impartición de justicia en el país debe de ser protegidos por el estado por medio de escoltas, chalecos antibalas, entre otros.

Preocupación ante reforma  

Criticó que algo que la reforma judicial impide es que los jueces puedan ser cambiados de lugar de trabajo con mayor facilidad como medida de protección ante amenazas.

De hecho, en la reforma judicial como está planteado no se contemplan cambiar a jueces por amenazas a su seguridad, lo cual nos preocupa”, refirió.

Para Laurence, la figura de los jueces sin rostro es contraria a varios principios del debido proceso, como por ejemplo el principio de publicidad que prevé que los procesos deben ser públicos y todas las personas deben conocer el juicio y justamente el principio de las personas de conocer quién los está juzgando.

Sobre el tema, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha señalado que la figura de jueces sin rostro es un modelo que atenta contra los derechos humanos de las personas a tener un juicio justo.
 

Según la directora de la FJEDD llama la atención que aquí en México, los jueces no han buscado implementarla. 

He hablado con varios jueces y nunca he escuchado a un juez que mencione a esta figura del juez sin rostro como algo que sería deseable implementar”, comentó. 

“Es extraño que desde el ejecutivo se mencione esto como una manera de proteger a los jueces sin que éstos lo soliciten”.

Jueces sin rostro: Otras experiencias 

La propuesta de los jueces sin rostro en México viene desde el gobierno de Felipe Calderón, cuando en 2010 evaluó implementar el modelo que ya se había introducido en América Latina en Colombia y en Perú durante el gobierno de Alberto Fujimori durante la década de los 90. 

Tanto Colombia como Perú utilizaron este modelo importado desde Italia para enjuiciar a líderes de las guerrillas, como las FARC o Sendero Luminoso respectivamente. 

En esos países se ha demostrado que la figura no sirve, por ejemplo, en Colombia había una jueza que en algún momento fue jueza sin rostro, fue asesinada pese a que su identidad en el día a día haya sido escondida”, comentó la directora de la FJEDD.

El caso en cuestión es el de la Jueza Sexta de Orden Público, Myriam Rocío Vélez Pérez, quien fue asesinada por un comando armado a las afueras de su residencia en Medellín, en septiembre 1992, junto con tres de sus escoltas.

En Perú, los jueces sin rostro fueron utilizados para enjuiciar a presos que no eran culpables de los delitos por los que los sentenciaron por terrorismo, esto plasmado en el informe de Amnistía Internacional denominado “El gobierno sigue manteniendo procedimientos judiciales injustos”, publicado en 1996. 

En Italia, los jueces o tribunales sin rostro fueron propuestos para lidiar con las crecientes amenazas y atentados contra las personas juzgadoras llevadas a cabo por los integrantes de las mafias italianas. 

Su creador fue el juez Giovanni Falcone, quien también instauró los llamados “maxiprocesos” para enjuiciar a los líderes de la mafia y fue asesinado por la Cosa Nostra en 1992.

Recientemente esta figura de protección se ha implementado en algunos estados de Brasil y El Salvador, donde se introdujeron durante el estado de excepción para juzgar a integrantes de las bandas criminales.