El Grito de Independencia y el Desfile Militar fueron los dos últimos eventos públicos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con el Grito de Independencia anoche y el Desfile Militar este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador se despidió del Zócalo capitalino, lugar donde encabezó decenas de mítines como dirigente opositor y después actividades como mandatario.
Miles de personas abarrotaron la plaza el domingo para escuchar los últimos “Viva México” del sexenio, en una ceremonia de agradecimientos mutuos, del mandatario con un “Gracias México” con drones sobre Palacio Nacional y de sus simpatizantes con múltiples pancartas.
Desde antes del anochecer ya era difícil ingresar por Madero, 5 de Mayo, 20 de Noviembre, 16 de Septiembre, Pino Suárez y todas las calles que desembocan en el Zócalo.
López Obrador ensalzó el trabajo de las y los mexicanos, celebró la justicia y destacó el papel de la Cuarta Transformación, con motivo del 214 aniversario del inicio del movimiento insurgente.
Ante miles de personas que aguantaron lluvia y horas de sol, emitió 28 'vivas’, cuatro ‘mueras’ en la tradicional arenga que emitió desde el balcón presidencial, en compañía de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller.
Eran las 11 en punto de la noche, cuando se asomó al balcón central de Palacio Nacional, para honrar a los héroes y heroínas que nos dieron Patria mientras el público coreaba “¡Presidente, Presidente!” y el tradicional “¡Es un honor, estar con Obrador!”.
La presidenta electa Claudia Sheinbaum lo acompañó como invitada especial y desde uno de los balcones disfrutó de los fuegos artificiales que iluminaron el cielo, al ritmo de un popurrí de música mexicana que incluyó la tradicional “A Tabasco”, entre música de distintos estados del país.
Entre los invitados especiales también estuvieron los secretarios Luis Crescencio Sandoval González, de la Defensa Nacional (Sedena) y Rafael Ojeda, de Marina, quienes acudieron acompañados de sus esposas, así como José María Tarriba, esposo de la presidenta electa.
Ya este lunes, la plaza amaneció limpia y lista para el Desfile Militar, que comenzó con el izamiento de la bandera monumental y el pase de revista a los contingentes militares, seguido de lo cual el mandatario se colocó en el templete afuera de la Puerta Mariana.
Como ocurrió en los seis años de su mandato, López Obrador no presenció el desfile desde el balcón, sino casi a ras de piso. Uno a uno, los contingentes a pie, a caballo, motorizados y carros alegóricos cruzaron la explanada y se enfilaron a Madero, 5 de Mayo, Juárez y Reforma.
Los aviones y helicópteros hicieron lo propio con diferentes formaciones y humo tricolor, y al final el presidente se despidió de los asistentes y de un Zócalo que llenó por primera vez en aquel lejano 2005, cuando fue desaforado durante el gobierno de Vicente Fox.